El espectáculo se estrenó inicialmente, en el año 2003, con el nombre de "En Agosto, ¡¡de parto!!. En ese caso el texto era el original de la autora costarricence Ana Istarú.
La dirección del espectáculo estaba a cargo de Georgina Parpagnoli y contaba con las colaboraciones de Alejandro Mateo (escenografía y vestuario), Pablo Porcelli (banda original de sonido), Frida Kaplan (entrenamiento corporal eutónico), Hugo Traferri (diseño de luces) y Esther Misischi (asistente).
El estreno fue el 15 de agosto en las instalaciones del Teatro Bar Tuñón despertando gran interés en el público y la crítica.
Aquí algunos de los comentarios periodísticos sobre esa puesta:
CALIDO RETRATO DE UNA FUTURA MAMA
(Revista Vea Más, Rafael Granados)
Primera obra de Ana Istarú que se estrena en la Argentina., ¡DE PARTO! Describe las experiencias de una mujer en la etapa clave que –sin atisbos de suspenso- anticipa el título. Nacida en Costa Rica, la dramaturga pinta con humor y nítidas dosis de ternura un proceso que se inicia en los días en que la protagonista, Ariana, todavía no está embarazada, que se interna luego en los temores y el terror que se adueñan de ella cuando confirma que va a ser madre y que termina con el singular momento del nacimiento.
Encarado como unipersonal, el relato despliega con rigor narrativo las múltiples sensaciones de Ariana, sin dejar de lado las diferentes reacciones de la suegra, la cuñada, una amiga, la enfermera, una vecina, el médico y hasta del propio marido. En este contexto, surgen los cálculos que hace la joven con relación a sus días fértiles, la desilusión que le genera un primer intento fallido, su empecinamiento en no conocer por adelantado el sexo del bebé, los imaginarios y cálidos diálogos con el feto, su oposición a una cesárea, las contracciones que dan cuenta de que el parto es inminente.
Sin caer en efectos facilistas (incluso es un acierto que la embarazada no luce nunca la clásica panza de cualquier ficción sobre futuras madres), la historia entretiene y emociona en igual proporción. Con lenguaje directo y sin descuidar toques poéticos, la autora arma un retrato femenino creíble y reconocible. La puesta de Georgina Parpagnoli acompaña esta sensible visión con ajustados movimientos escénicos y climas bien calibrados.
A este positivo balance no es ajena la labor de Stella Matute (siempre una buena actriz), quien transmite con rica expresividad la ansiedad, la angustia, algunos desencantos, los nervios y el estallido final de felicidad de Ariana cuando su criatura (¿nena? ¿nene?) ya están en el mundo. A su turno, el aporte de Frida Kaplan –ex intérprete, de recordada trayectoria- en las pla´sticas posturas estilo feto y la sugestiva iluminación de Hugo Traferri contribuyen a redondear un sólido espectáculo, de sello (¡más bien!) feminista.
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DAR A LUZ
(Ricardo Feierstein, Mundo Israelita)
En el agradable subsuelo del remodelado Bar Tuñón de la calle Maipú, el pequeño escenario y las mesas con comensales que la rodean generan una intimidad que no alcanzan a perturbar ni siquiera las gráciles muchachas que circulan entre los espectadores llevando sus bandejas con los pedidos, intimidad que se vuelve luz y sonido cuando, desde ese monoambiente recreado con eficacia y sin lujos, Stella Matute (en la piel de Ariana, una treintañera decidida a parir pero con dificultades para el embarazo) despliegue un registro de personajes que configuran un mundo propio, alrededor de la maternidad y sus conflictos laterales.
Versión libre de la pieza original de la escritora costarricense Ana Istarú –que también interpretó en su país natal y en España-, “En Agosto, ¡DE PARTO!” puede inscribirse en ese lábil territorio que va desde la comedia costumbrista con toques de poesía hasta el sketch televisivo, pasando por los recientes éxitos de “Confesiones de mujeres de 30” o “Monólogos de la vagina”. Desde un humorismo feminista pero no agresivo, Ariana relatará los entretelones de su matrimonio y su trabajo, los frustrados intentos de concepción, las fantasías y mitos populares puestos en juego para lograr lo que, finalmente y después de muchas decepciones, se consigue: el ansiado análisis “positivo” del laboratorio.
A partir de aquí, el crecimiento de la panza va en paralelo a entablar una relación particular, con el bebé que está creciendo y resistir los mandatos sociales; las repercusiones familiares, de suegra a cuñados, de amigas celosas a vecinas que llevan y traen, de ejercicios preparto a sueños reveladores, entre los que flota el mayor aliento poético de la trama. Todo alrededor del desarrollo de esa maravilla que representa la vida, creación divina si las hay.
No faltan, tampoco, desde los ejercicios de contracciones con la letra “O” hasta los ginecólogos centroamericanos que trabajan en esta ciudad, todo un folclore (y una rentable industria) que circunda el nacimiento de los hijos. Que el nombre del bebé, que el sexo adivinado sin ecografías, que la emoción y el misterio que califican como única e irreptible a cada una de estas experiencias.
El público oscila entre la risa –con lágrimas por exceso- hasta la emoción, con gotas ídem. Eso no hace sino destacar la versatilidad de la actriz, que junto a los cambios de personaje (ella los interpreta a todos, incluso en los diálogos) va modificando su propia postura corporal, a medida que la otra vida que crece en su interior la invade, y no sólo físicamente. Colabora en ello el delicado trabajo eutónico que dirigió Frida Kaplan y la sencilla pero eficaz puesta en escena de Georgina Parpagnoli, que sin excesos ni concesiones (más allá de algunas bromas muy notorias) hace acceder a los presentes al dulce deslumbramiento y la maravilla de la vida. Querida, trascendente, filial, modelo de continuidad.
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(Revista Vea Más, Ana Corbelini)
Se ha estrenado un unipersonal basado en “Baby Boom en el paraíso” de Ana Istarú, que muestra con humor y ternura, las diferentes sensaciones que vive una mujer cuando está embarazada y los múltiples mandatos sociales y familiares que debe enfrentar. Desde la propia búsqueda por lograr el embarazo, el vínculo que se construye con el obstetra, los diálogos internos con el bebé hasta los temores propios de ese momento tan femenino. Con Stella Matute, protagonizando con variedad expresiva y dirigida por Geogina Parpagnoli en una conmovedora puesta, todos los viernes el público se divierte y se emociona en el Teatro Tuñón, Maipú 851, a las 21 hs.
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En aquel momento hicimos funciones en:
Teatro Tuñón – Ciudad de Buenos Aires
Legislatura Porteña – En el marco de las Jornadas por el Parto Respetuoso – Ciudad de Buenos Aires
Encuentro Teatral de Jovita – Provincia de Córdoba
Sala del Grupo de Teatro Estable de Tala – Tala – Pcia. de Entre Ríos
Fundación Rómulo Raggio – Olivos – Provincia de Buenos Aires
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